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Ana González Fernández de Tejada

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Los Romanos

 

Durante tres siglos, Hispania fué poco a poco incorporándose al mundo grecolatino. Más o menos desde unos 220 años a.de C. hasta unos 20 años antes de nuestra era. Empezó a romanizarse por el mediterráneo y el Nordeste del Ebro, continuando por el norte peninsular.

Los romanos no nos trajeron solamente el latín, también introdujeron en nuestras tierras costumbres pacíficas ya que todavía éramos un poco bárbaros, administración, obras públicas...y hasta la religión a través de la mitología. Vamos, que teníamos mucho que aprender todavía. Como consecuencia de esto, hubo un cambio radical en muchas facetas de la vida: aprendimos a vestirnos mejor, a cultivar nuestros productos, a organizarnos civil, militar y judicialmente etc. Osea, que nos pulieron pero que muy bien.

El latín, era el instrumento de comunicación de todo el Imperio Romano y lo impusieron como lengua oficial de nuestra Hispania. Hubo un periodo de bilingüismo entre nuestras lenguas prerománicas y el latín, hasta nuestra completa latinización. Los Romanos respetaron nuestras lenguas y poco a poco nos las fueron quitando como quien no quiere la cosa, pero consiguieron su objetivo sin que prácticamente nos diéramos cuenta. Fueron muy listos en el modo. Además, la llegada del Cristianismo, hizo que este se convirtiera en un nuevo factor de latinización, ya que tenía al latín como única lengua litúrgica.

Durante la época del Imperio Romano, había tres clases de latín: el clásico, que surgió de una tradición literaria creando una norma lingüística, el arcaico, el cual era muy conservador y el vulgar, que era el latín hablado por el pueblo y del que poco a poco se produjeron varias variedades románicas.

Así que no existia un solo latín. Existían tres diferentes modalidades que dependian de diferentes factores geográficos, sociales, históricos etc.

Con la desmembración del Imperio Romano, el latín evolucionó y se convirtió en distintas lenguas romances que conocemos. En las escuelas se enseñaba el latín culto, pero fué del latín vulgar utilizado por las masas populares del que evolucionaron las diversas lenguas romances. Debido al este desmembramiento, las provincias romanas quedaron aisladas unas de otras y esto dió lugar a diferencias lingüísticas locales. Estas son las que denominamos lenguas romances, que en realidad eran distintos dialectos del latín vulgar.